Generalmente durante el embarazo, los futuros padres aprecian la ecografía como un medio para ver la imagen de su bebé y conocer el sexo del nuevo miembro de la familia. Sin embargo, este es uno de los exámenes más importes durante la gestación debido a la cantidad de alteraciones que puede detectar y en consecuencia prevenir a tiempo patologías que puedan afectar tanto a la madre como a su hijo.
Entre las funciones de la ecografía se encuentran, evaluar el estado de la placenta, el líquido amniótico y el cordón umbilical, la talla, la posición y el peso del bebé, si padece alguna alteración genética o cardiaca, el estado de los vasos sanguíneos, en fin, el bienestar físico en general no solo del niño, sino de su madre.
Existen varios tipos de ecografías obstétricas, se realizan vía abdominal o transvaginal según la apreciación de su especialista, quien además las aplicará según la edad gestacional o la información que se requiera en un momento determinado del embarazo.